La historia del Karate comienza con un largo y arduo viaje con inicio en India y destino China.
Entre los años 480 y 520 a.C, en el país de Gandhi, comenzó a desarrollarse un sistema de defensa inspirado en los movimientos de los animales y en su manera de defenderse. Con el tiempo, las técnicas surgidas permitieron descubrir los puntos débiles y mortales del hombre.
Ya en el siglo VI d.C, estas técnicas recibieron una fuerte influencia por parte del Budismo, en concreto de Bodhidharma, padre del Budismo Zen, que desarrolló un método para entrenar cuerpo y mente, elementos para él inseparables. Debido a la creciente aceptación y expansión del Budismo, en el año 526 Bodhidharma decidió ir a China para seguir extendiendo esta forma de pensamiento.
Teniendo en cuenta que en el siglo VI no existían carreteras, túneles y otras comodidades de las que hoy gozamos a la hora de viajar, se puede deducir que el camino desde India hasta China y el recorrido por todo el país inculcando las enseñanzas de Buda fue de todo menos sencillo y cómodo. Imaginaos atravesando la cordillera del Himalaya, por ejemplo. Esto pone de relieve la fortaleza física y mental del monje indio.
Bodhidharma transmitió esta fortaleza a sus discípulos del templo de Shao-Lin a través de una serie de ejercicios para entrenar cuerpo y espíritu, con el fin de fortalecer ambos. El método del monje indio, denominado Shorin-Ji Kempo se fue extendiendo, llegó al archipiélago Ryukyo y en la isla de Okinawa se desarrolló como antecesor del Karate-do.
Ahora entiendo porque todo esto me suena a chino capuchino mandarin… muy interesante, sigue asi! 😉
¡Gracias Yaqui! Espero que sigas disfrutando y aprendiendo con nuestro blog. Un saludo!!!